AENA le ha comunicado ya el despido a uno de los controladores de Lavacolla expedientados por los reiterados abandonos de su puesto de trabajo previos al puente de diciembre del pasado año. El traslado forzoso a las torres de control de Almería y Granada es la sanción impuesta a otros dos de los trabajadores a los que se les abrió un proceso disciplinario en el ámbito laboral por esos incidentes, que constituyeron la espoleta de un conflicto laboral que obligó al cierre del espacio aéreo y la declaración del estado de alarma.
Estas sanciones, que eran comunicadas a los controladores en los últimos días, no son la peor de las consecuencias a las que se enfrentan los trabajadores del aeropuerto compostelano. AENA ha remitido a la Fiscalía los cuatro casos "en los que se considera que los hechos son más graves" y, para estos trabajadores, el expediente disciplinario en el ámbito laboral queda en suspenso hasta que resuelvan los tribunales de Justicia. En paralelo la Fiscalía de Santiago ya remitió al juzgado de Instrucción las diligencias preprocesuales que se abrieron a consecuencia de estos mismos hechos, tras llamar a declarar a nueve controladores que, ante el ministerio público, se acogieron a su derecho a no responder.
Además de estos cuatro casos y los tres que se han resuelto con el despido y los dos traslados forzosos, hay otros 22 procesos -desde AENA especifican que son expedientes, no controladores, ya que hay varios trabajadores que se enfrentan a más de uno- que conllevan suspensiones de empleo y sueldo. Van de cinco días a ochenta y seis, en el caso más grave.
El despido, que ya ha sido notificado, tiene efecto inmediato, mientras que para los traslados forzosos los trabajadores dispondrán de un plazo que no ha sido precisado desde Aeropuertos. En el primero de los casos la sanción no conlleva, aclaran, la retirada de la licencia, ya que la gestión de estos permisos no depende de AENA sino de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
El origen. Tras reiterados avisos previos, en los que el sindicato de controladores USCA advertía de que parte de los 28 trabajadores de Lavacolla estaban agotando ya en noviembre las horas máximas de trabajo anual que se habían fijado por decreto en abril, a partir del 27 de noviembre se iniciaban los abandonos parciales de funciones en la torre de control. A partir del 28 de noviembre se iniciaban los cierres de la torre de control que, ante la amenaza de extender el conflicto al resto de aeropuertos españoles, llevaba al Ministerio de Fomento a aclarar mediante un decreto el cómputo de horas. Precisamente ese decreto acaba de ser refrendado por los juzgados de lo contencioso, pero en su momento fue la mecha que llevó a los trabajadores a abandonar de forma masiva y según AENA concertada las torres de control. Era viernes por la tarde, puente, y miles de personas quedaron atrapadas en las terminales.
Informacion: Elcorreogallego.es
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