El cada vez más cercano estreno de la nueva terminal de Lavacolla dejará vacío el actual edificio, un inmueble de dos plantas con unos veinte mil metros cuadrados de superficie disponible y para el que la entidad plantea un uso comercial y de ocio. Para ofrecer este espacio de forma atractiva a posibles clientes, AENA ha encargado la elaboración de un vídeo promocional. Los usos que se plantean van de "tiendas outlet" o espacios de restauración hasta "exposiciones de tiendas o marcas, presentación de productos, ferias y otras ofertas diferenciales".
La oferta de estos espacios del aeropuerto compostelano se hará de forma conjunta con otras "antiguas terminales" que, por la construcción de nuevos edificios o su ampliación, han quedado en desuso. En concreto se ofertarán zonas de los aeropuertos de Bilbao, Palma de Mallorca y Málaga, además de los de Lavacolla. El objetivo es generar un "medio de precomercialización de la totalidad o parte de estas zonas", dirigido a "las líneas de negocio de restauración, retail y ocio".
Mediante el trabajo de presentación que se elabore se deberá mostrar que "los espacios disponibles para la comercialización cuentan con una gran visibilidad" por su ubicación en la misma área que el aeropuerto, "con gran afluencia de personas, ya sean turistas, pasajeros en tránsito" e incluso el propio "personal del aeropuerto".
Otro de los aspectos que AENA quiere vender son "las facilidades que la zona dispone para el acceso, rapidez y grandes infraestructuras de transporte, grandes aparcamientos ya construidos, pocas obras de ejecución y pocos costes añadidos".
El objetivo de AENA es aprovechar desde el punto de vista comercial las instalaciones de la vieja terminal de Lavacolla cuando, en el mes de abril, se produzca el traslado al edificio nuevo. Aunque la decisión sobre el futuro del viejo edificio no está cerrada, el Plan Director, revisado hace más de un año, apuntaba a su posible destino al tráfico generado por las compañías de bajo coste.
El documento también llegaba a valorar la posibilidad de ampliar de nuevo el edificio en lugar de poner en marcha la construcción del nuevo. Aunque esta opción se descartaba, por no resolver las necesidades de futuro del aeropuerto, el Plan Director valoraba el aprovechamiento del edificio en lugar de la demolición que se planteó en un primer momento.
Con la hipótesis que ahora baraja AENA para la terminal compostelana, podría dotarse de contenido un edificio que, en las últimas décadas, ha estado sometido a constantes ampliaciones y mejoras.
El Plan Director también ve necesaria a medio plazo la construcción de una nueva terminal de carga y de un edificio independiente que estaría destinado a Aviación General, que engloba empresas de servicios aéreos y escuelas de aviación, entre otras.
Informacion y foto: Elcorreogallego.es
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