Con la temporada de verano prácticamente cerrada y a falta de computar los últimos cuatro meses del ejercicio el panorama aéreo gallego depara cambios, algunos novedosos y otros no tanto. Lavacolla, como era de esperar por el Xacobeo, cerrará el año brillantemente, aunque no tiene asegurado el récord histórico. Alvedro se aúpa provisionalmente al segundo puesto en Galicia por un puñado de pasajeros de diferencia, aunque teme por sus conexiones nacionales a Sevilla, Valencia y Barcelona, amenazadas ahora por Ryanair desde Santiago. Y Peinador pierde fuelle acosado por la agresiva política comercial de la aerolínea irlandesa -Lavacolla gana aún más distancia respecto a Vigo en la conexión con Barajas- y por la pujanza de Oporto. Con estos mimbres, la polémica política está servida y todo apunta que se va a desarrollar en el ámbito municipal, porque el presidente de la Xunta ya ha advertido (el jueves) que no es su guerra.
De momento, todo apunta que Lavacolla conseguirá en septiembre sumar tantos pasajeros como Alvedro y Peinador juntos, algo que no ocurría desde el 2005, un año en el que concurrían dos circunstancias: Vigo y A Coruña ganaban terreno por primera vez respecto a Santiago y Ryanair aterrizaba en Lavacolla. Cinco temporadas más tarde el mercado gallego se corrige provisionalmente a favor del aeropuerto central (50% para Santiago, 25% para A Coruña y 25% para Vigo) y todas las miradas se fijan en la aerolínea irlandesa que, libremente y sin ayudas públicas de por medio, ha desatado una batalla por los vuelos nacionales que de momento le está funcionando. Según Sánchez Bugallo, las aportaciones económicas de las administraciones a Ryanair solo se mantienen en los enlaces internacionales, a saber Londres, Fráncfort y Roma. Entre los tres destinos suman en lo que va de año 104.621 pasajeros, una cifra pequeña frente a los 1,4 millones de personas que han pasado por la terminal compostelana hasta el 31 de agosto, lo que desmonta el argumento del crecimiento basado en las subvenciones. Con el viento a favor, el alcalde ha sido sin embargo prudente y ha recordado que la competencia viene del sur, y es que Oporto podría sacarle este ejercicio un millón de pasajeros a la suma de las tres terminales gallegas.
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