Así, la falta de personal suficiente en la torre de control de Santiago obligó a desviar hasta Oporto un vuelo de Ryanair proveniente de Barcelona y que debía aterrizar antes de las 14.00 horas. Junto a esto, la ruta de regreso a Barcelona prevista para un poco más tarde tuvo que ser cancelada.
También fue desviado a Vigo un vuelo de Spanair entre Barcelona y Santiago de Compostela. El vuelo posterior con destino a Lavacolla registró un retraso de 45 minutos, y también se produjeron retrasos en las horas de llegada de una de las rutas operadas por Ryanair.
En el turno de mañana de la torre de control del aeropuerto compostelano debían trabajar cuatro controladores y sólo estuvieron dos, mientras que por la tarde se produjo una ausiencia y estuvieron operativos tres de los cuatro profesinales, según apuntaron desde Aena
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