El 5 de enero el aeropuerto de Lavacolla se vio obligado a rebajar la categoría y prestaciones de su sistema antiniebla, el conocido como ILS (de Instrument Landing System, o sistema de aterrizaje instrumental), del nivel III al II. El motivo era la instalación de 15 grúas de 40 metros de altura para la construcción de la nueva terminal de pasajeros cuyas estructuras podrían interferir con las señales de radio que emite el sistema antiniebla para guiar a los pilotos en su aterrizaje con baja visibilidad. Por ello, se optó por rebajar temporalmente la categoría del aeropuerto y restringir las condiciones de visibilidad con las que puede operar un avión.
Cinco meses después, esa limitación prevista en la operatividad del principal aeropuerto gallego en pleno Año Santo no ha provocado ni un solo desvío o cancelación de aviones que tuviesen previsto aterrizar en Santiago.
En este tiempo han sido unos 4.000 los aterrizajes –el sistema antiniebla no es necesario para el despegue– que se han producido sin tener que recurrir al nivel III del ILS. Por contra, un elemento imprevisto como es la nube de ceniza volcánica procedente de Islandia ha causado en los últimos meses el desvío o cancelación de más de un centenar de operaciones, tanto despegues como aterrizajes, ya fuese por estar condicionado el espacio aéreo sobre Galicia o por afectar al de los lugares de origen o destino de esos vuelos.
Esos vuelos, en todo caso, no habrían corrido mejor suerte de disponer del sistema antiniebla en sus condiciones óptimas. Y es que los vuelos cancelados por culpa de la nube de ceniza volcánica no fueron anulados por los efectos sobre la visibilidad que esta pudiese tener sino por el posible deterioro que esas partículas pudiesen causar en los aparatos. Además, esa nube se encuentra a gran altura mientras que el ILS únicamente palía las condiciones de baja visibilidad en el último tramo del vuelo, en su descenso final hasta tomar tierra en la pista del aeropuerto.
ILS rebajado hasta noviembre
La rebaja del ILS, sin embargo, todavía podría causar problemas en Lavacolla. Especialmente si en lo que queda de año se producen épocas de niebla cerrada que hasta el momento no se ha registrado A la espera de la evolución de las obras de la terminal y de la retirada de las grúas que condicionan su operatividad, el dispositivo podría estar todavía devaluado en la categoría II hasta el mes de noviembre, periodo similar al ya transcurrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario