El 20 de mayo de 1927 Charles Lindbergh, en un monoplano de un solo motor bautizado como Espíritu de San Luis, logró culminar una travesía trasatlántica desde Nueva York hasta París tras un vuelo que casi rozó las 34 horas. Esta vieja hazaña aérea, la más representativa de una época plagada de retos para la aviación, vuelve a recobrar vida en el siglo XXI, pero esta vez en versión ‘sostenible’.
Su protagonista es la aeronave Solar Impulse, un aparato que hoy ha tomado tierra en el aeródromo de la localidad suiza de Payerne tras completar la primera travesía nocturna de la historia impulsado únicamente por energía solar, y después de mantenerse en el aire 26 horas seguidas. Su siguiente reto ya está subrayado en rojo: cruzar el Atlántico. Se trata de una aventura que, al igual que las de hace un siglo, mezcla la innovación con el romanticismo.
Por el momento, el prototipo (dotado con 12.000 células fotovoltaicas y con una envergadura de 63,4 metros y 1.600 kilos), se elevó ayer en condiciones meteorológicas ideales hasta los 8.700 metros de altura para acumular las reservas necesarias para mantenerse en el aire durante la noche. Tras ello, realizó varias idas y vueltas durante su vuelo nocturno a una velocidad de 50 kilómetros por hora, a fin de preservar el máximo de energía almacenada.
"El aparato logró el objetivo de asimilar la potencia suficiente como para volver a ganar altura y pasar una nueva noche volando", explicó su principal impulsor, Bertrand Piccard.
La duración del trayecto ya ha encumbrado a este aparato como el avión solar que ha ejecutado la travesía más larga de esta naturaleza, al superar la marca obtenida por otro aparato ultraligero con un piloto a bordo, que en 1981 viajó de Francia a Inglaterra en cinco horas.
Su piloto, André Borschberg, aseveró, minutos después del aterrizaje, que había pasado una "noche extraordinaria".
Ahora llega el momento de las nuevas metas. Los promotores del Solar Impulse ya están planificando un vuelo transatlántico y, posteriormente, quieren culminar la primera vuelta al mundo con esta tecnología, una meta que espera alcanzar en 2013.
El proyecto Solar impulse arrancó en 2004 con un presupuesto de cuarenta millones de euros con el objetivo de demostrar el potencial de la energía renovable en el sector de la aviación.
Informacion: www.expansion.es
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