A veces, tener jet privado no es garantía de llegar al fin del mundo antes que nadie. Según publica Financial Times, recogiendo noticias de agencias, nuestro Rey Juan Carlos se quedó sin ver el partido de España contra Alemania porque no pudo aterrizar en el aeropuerto de Durban con el avión en el que viajaba.
Llamó la atención que el Rey no estuviera en el partido, pero simplemente parecia que estaba todavía convaleciente de su operación. Pero por aquí circula esta otra versión. Al parecer, decenas de jets privados se agolparon a la misma hora sobre el pequeño aeródromo de la ciudad sudafricana y colapsaron el tráfico aéreo, obligando a las autoridades a cerrarlo. Según estas mismas fuentes, otros famosos como Leonordo di Caprio, París Hilton y el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, se quedaron colgados en el aire sin poder aterrizar.
La situación ha sido calificada como de caos total. Me imagino a todos los millarios de los jets pidiendo prioridad para aterrizar y ofreciendo alguno de sus millones para convencer a los controladores aéreos. Uno de los mayores sustos se lo llevó un vuelo regular de British Airways, que tras sobrevolar 45 minutos la zona sin poder aterrizar, tuvo que ser desviado a Johanesburgo ante las señales de que empezaba a quedarse sin combustible.
La Casa Real sí que ha anunciado que los Reyes estarán en la final del domingo para apoyar a España, aunque no ha explicado por qué el Rey no fue a la semifinal. En cualquier caso, yo me quedo con la imagen de la reina vestida de rojo, con el pañuelo de San Fermín y saludando a Puyol que, recién salido de la ducha y en paños menores, no sabía donde meterse. Es el precio de la fama y de meter golazos.
Información: www.expansion.es
Foto: www.Google.es
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