Alvedro se vio obligado el pasado 30 de junio a desviar cinco vuelos a Lavacolla por culpa de la intensa niebla, desde Lavacolla despegaron las conexiones de regreso a los aeropuertos de origen que debían haber salido de la Coruña.
Ni el ILS II/III -el sistema de ayuda a los pilotos para aterrizar con escasa visibilidad- recién inaugurado en el aeropuerto de Alvedro impiden los desvíos en la terminal aeroportuaria coruñesa. Y ayer no fue una excepción. El día amaneció con una intensa bruma en el aeródromo coruñés. Y los problemas no se hicieron esperar. El primer avión que encontró problemas para tomar tierra en la pista de Alvedro fue una aeronave de la compañía Vueling que había despegado desde la terminal de Sevilla. Su aterrizaje estaba previsto para las 8.20 horas, pero su comandante decidió desviar su rumbo hacia el aeropuerto de Santiago.
Quince minutos después tenía previsto aterrizar en Alvedro un avión perteneciente a la flota de Spanair que procedía de Madrid. El piloto anunció a los pasajeros que debido a la intensa niebla que cubría la pista coruñesa se veía obligado a continuar el vuelo hacia de Lavacolla. Y la misma decisión adoptaron los comandantes de las dos aeronaves, una de ellas de Iberia que procedía del aeropuerto de Barajas, y otro aparato de Spanair, que había despegado desde el aeropuerto de Barcelona.
La niebla continuó afectando a la terminal coruñesa hasta las diez de la mañana, por lo que el avión de Air Nostrum, procedente de Bilbao, y que tenía que aterrizar a las 9.45, también se desvió a Santiago.
Autobuses
Los pasajeros afectados viajaron en autobús desde Santiago hasta A Coruña, y lo mismo hicieron en sentido contrario los viajeros que tenían que volar en esos aviones a sus destinos. A excepción de los pasajeros del avión de Vueling, ya que el aparato voló de Santiago a A Coruña para recogerlos
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