La falta de un acuerdo entre el Concello de Vigo y los municipios del entorno para la creación del área metropolitana y, por tanto, para consensuar un transporte conjunto, impide a la Xunta financiar un autobús desde el centro de la ciudad a Peinador.
Hace una semana, Santiago estrenó un nuevo enlace a Lavacolla a través de un convenio suscrito entre la Consellería de Medio Ambiente, el Concello y la concesionaria de la ruta, Freire, del que no trascendió el importe. Con este servicio se trata de incrementar la afluencia de viajeros que utilizan el transporte público para desplazarse a Lavacolla, hasta ahora de apenas de un 11%.
Pese a que la intención de la Xunta es extender este nuevo sistema a Peinador y Alvedro, en el caso de Vigo el problema es mayor al contemplarse la iniciativa dentro de un marco genérico de transporte metropolitano.
El autobús de Santiago ofrece la misma frecuencia que el de Vitrasa en Vigo, cada media hora. Sin embargo, la mayor diferencia estriba en que, mientras el primero tiene solo una docena de paradas, la línea de Peinador se detiene en casi una treintena de puntos. Este hecho es el que provoca que el trayecto entre el centro de Vigo y su aeropuerto se prolongue durante 45 minutos, cuando el de Santiago lo hace en 30, una media que tampoco se puede calificar de diligente, teniendo en cuenta que las distancias de los tres aeropuertos gallegos con sus respectivas ciudades son similares y que oscilan entre los ocho y diez kilómetros.
En A Coruña, el transporte corre a cargo de la compañía Asicasa a través del Concello y un consorcio. Ofrece servicio cada treinta minutos en horas punta y emplea en el recorrido una media de 25 minutos con ocho paradas.
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