Pongamos que hoy en un día claro, quizá con alguna nube que rompe el cielo azul, y sobre ese lienzo pueden aparecer líneas blancas, trazadas por aviones que nos sobrevuelan.
¿No te has preguntado alguna vez por qué los aviones generan esas nubes alargadas que en ocasiones suelen ser kilométricas?
Las turbinas de los motores a reacción de los aviones emplean como combustible el queroseno que, una vez se quema en la cámara de combustión, libera un residuo gaseoso que tiende a expandirse al salir despedido por la parte trasera del motor. A diez mil metros de altura, con una humedad relativa circundante alta y una temperatura externa de unos 50 grados bajo cero, el gas caliente que sale de la turbina, al entrar en contacto con el aire de la atmósfera, se enfria bruscamente, dando lugar a la aparición de una estela de vapor de agua cristalizado.
El vapor de agua, a muy bajas temperaturas, puede formar gotitas de agua subfundida o cristalitos de hielo. Como ejemplo, cuando respiramos en días muy frios del invierno o lo hacemos en un recinto cerrado cargado de humedad, podemos ver el vapor que hemos devuelto a la atmósfera con nuestra respiración. Algo así ocurre cuando los aviones generan los gases de la combustión y se mezclan con el aire ambiental. Los trazos o estelas de avión son áreas de condensación por detrás de los escapes de las turbinas de los jets, que forman cirros artificiales. También se generan en los vórtices de las alas de los jets, que precipitan una corriente de cristales de hielo en atmósfera húmeda y fría. Por cierto, al contrario de lo que pueda parecer, no ocasiona polución.
Informacion y foto: spanair.es
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